El día sábado partí rumbo a Ica. Mi familia política es de allá, y han sufrido muchas de las complicaciones propias de un desastre de este tipo.
Les cuento brevemente el itinerario del viaje: partí el sábado a las 2pm. y me encontré con un atolladero terrible a la altura del kilómetro 180. La demora que me causó dicho embotellamiento provocó que me quedara a dormir en casa de unos amigos en Chincha. Era imposible llegar a Ica por el atolladero que continuaba y la inseguridad de la carretera a esa hora de la noche.
La situación en Chincha era la siguiente: casas destruidas, algunos barrios casi fantasmas pues las personas que han perdido todo habían decidido partir hacia la casa de algún familiar.
Esta situación provocó que las pocas personas que se quedaban en sus casas barrios tuvieran que organizarse para defenderse de las hordas de pandilleros que golpeaban las casas buscando cosas para robar.
Me tocó cuidar una barricada (ver abajo), pues había ido con movilidad propia y no había ningún lugar donde pudiera dejar la camioneta, por lo que tuve que amanecer a un lado de la barricada cuidando nuestras pertenencias.
Yo vivo en Lima, y jamás pensé vivir una situación como la que me tocó vivir esa noche. Parecía que hubiera estado en una película de suspenso y acción.
Les cuento brevemente el itinerario del viaje: partí el sábado a las 2pm. y me encontré con un atolladero terrible a la altura del kilómetro 180. La demora que me causó dicho embotellamiento provocó que me quedara a dormir en casa de unos amigos en Chincha. Era imposible llegar a Ica por el atolladero que continuaba y la inseguridad de la carretera a esa hora de la noche.
La situación en Chincha era la siguiente: casas destruidas, algunos barrios casi fantasmas pues las personas que han perdido todo habían decidido partir hacia la casa de algún familiar.
Esta situación provocó que las pocas personas que se quedaban en sus casas barrios tuvieran que organizarse para defenderse de las hordas de pandilleros que golpeaban las casas buscando cosas para robar.
Me tocó cuidar una barricada (ver abajo), pues había ido con movilidad propia y no había ningún lugar donde pudiera dejar la camioneta, por lo que tuve que amanecer a un lado de la barricada cuidando nuestras pertenencias.
Yo vivo en Lima, y jamás pensé vivir una situación como la que me tocó vivir esa noche. Parecía que hubiera estado en una película de suspenso y acción.
Continúa en: Cartas del Sur
3 comentarios:
Hola, Nacho
He puesto un enlace a tu blog en mi blog,
Saludos
PAO
P.D.-
http://reportajealperu.blogspot.com
Gracias Pao, buenisimas tus fotos si te sobra alguna ya sabes que aqui son
bien recibidas. Tu enlace a Galeria de Fotos no va.
Me parece muy interesante tu información. La vamos a sacar. Gracias
Estoy consternada vivo en España y la impotencia es grande, si no hay buena coordinación en el Peru todo será un caos, aqui la movilización es increible , la solidaridad de los peruanos y nacionales españoles es de felicitar, se sigue trabajando para que la ayuda llegue pero si alli no se organiza la gente no les llegará a todos y menos a los que mas necesitan, espero que las autoridades y los damnificados sepan organizarse.
Un saludo
carmela
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